Advertencia

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Los Amores Secretos de Diablo es la historia de un hombre que decide narrar con detalle, sus romances, para complacer la avidez de fantasías de un grupo de presos peligrosos.

Las acciones relatadas en este escrito son ficción y los personajes como sus nombres son imaginarios. Se advierte que cualquier parecido con su realidad o la del autor, es solo coincidencia.

El argumento de la obra es mutable ya que se esta escribiendo, y corrigiendo sobre la marcha, por esa razón periódicamente se publicará un episodio nuevo.

El interés de escribir y publicar este cuento no es más que el de narrar una historia con libertad. Este escrito no tiene ningún fin educativo, ni de formación espiritual, o de superación personal; esto me da la libertad de tratar el tema a mí entera discreción.

El lenguaje utilizado es alegórico al utilizado por el vulgo de la ciudad de Santiago de Cali (Colombia), por eso tanto su jerga como el acento, se emplea de manera generosa.

Los errores de ortografía, redacción y estilo en las entradas antiguas pueden ser corregidos a discreción del autor... Algunas imágenes adjuntas pueden ser sensibles a determinado tipo de lector, pero el único objeto es recrear o ambientar el tema de la historia

Este cuento no lo he concebido como relato erótico, ni como pornografía

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14 febrero 2008

Capitulo II, Episodio 7

Favor con Favor se Paga

- No es vanidad es realidad – Contestaba El Zarco, con picardía, mientras hacia uno de sus gestos de prepotencia.

Nos alistábamos para el baño diario. Los guardianes habían dispuesto todo para que siguiéramos por turnos y así mantener el orden, la disciplina, evitar algún homicidio y hacerse algunos pesos extras. Después de Los Señores Oscuros, le correspondía el turno a Los Rojos. Cuando la máxima jerarquía del patio terminaba con el aseo de sus cuerpos, entraríamos nosotros con unos cuantos privilegiados: las personalidades, los que prestaban algun servicio social y los acaudalados, quienes podían pagar por el derecho de bañarse en nuestro turno. Y de ese modo continuaba toda una pirámide social, hasta que en el último lugar lo hacían Las Ratas.

Ese tipo de organización nos garantizaba cierta comodidad y seguridad. Como las duchas no tenían puertas, no existía la privacidad; inevitablemente nuestros ojos recibían descargas de imágenes dantescas, asquerosas y deslucidas: dermatitis, venéreas, abscesos, cicatrices, hernias, malformaciones, amputaciones, tatuajes, eran elementos normales de ese horrendo paisaje; lo eran también los escupitajos, deyecciones y la orina, que corrían con el agua que pasaba entre nuestros pies.

Ironicamente, había que estar muy atentos; pues la neblina del vapor de agua en varias ocasiones fue complice de los ajustadores de cuentas y de los violadores. Muchas veces tuvimos que carear a más de un degenerado por defender al Zarco; sus carnes lozanas y rollizas atraían a los que por varios meses no recibían visitas conyugales. Es cierto que en este tipo de lugares las personas terminan por degradarse hasta el punto de comer sobrados, heredar ropa interior, reciclar cuchillas de afeitar y cepillos de dientes y... ¿por que no? Saciar la libido con algún hombre de formas redondas. Entre los que querían saciar esa libido estaban los enemigos acérrimos del Zarco.

- ¡Hey diablo! - Me llamaba la atención Calígula, se acerco sonriente y me hablo en voz baja - ¿Ves con quienes acabo de hacer tratos? –

- Pues si acabas de salir de la ducha en el turno de los señores oscuros, me imagino que con alguno de ellos -

- Si, vos sabés que en los baños públicos, desde la antigüedad, se sellaron muchísimos tratos - Se acerco me tomo por los brazos con ambas manos, beso mi mejilla, y me susurro al oído - Vamos a ser ricos, muchacho! - Después lanzo una sonrisa y se abrazo con los demás.

- Me alegro por vos – Le conteste, notablemente desanimado.

- Vamos, ¿que pasa bambino? hazle honor a tu nombre, Vamos a sacarle provecho a todo esto, después nos largamos a vivir donde siempre has querido hacerlo. Y le arreglamos la vida, también, a tus tres comensales. Solo necesito de tus favores, ¡de tu talento! Recuerda que todos estos beneficios no son gratis... y favor con favor se paga –

Me devolví para mirarle airadamente a los ojos y le conteste:

– De eso estoy completamente seguro –

Entonces su gente se movilizo, para defenderlo. El Siete Muertos, La Marrana y El Zarco se pusieron a mi costado, mas por instinto que por la razón; Los Rojos que iban entrando a la ducha se detuvieron en su marcha; Las Ratas empezaron a salir de sus antros, como hienas, para ver que podían tomar después de la faena; y todos los demás se suspendieron en la atmosfera, que habíamos creado Calígula y yo. Se podía sentir la tragedia invadirlo todo, como cuando el aire húmedo y la brisa fría que anticipan a la tormenta, aderezan el ambiente dandole esa fragancia tan caracteristica.

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